“Reflejos” Sonetos de una palabra de Seymour Mayne.
Con Coordinación de traducción e introducción de María Laura Spoturno. Ediciones Al Margen. Colección Cuadernos de Lenguas Modernas. Colección Tiempos de Bael Biblioteca Norte-Sur.Canadá.
Tal vez el primer poeta que se permitió escribir sobre la base de monosilábicos haya sido Brad Leithauser(E.E.U.U.) hacia 1985 en por ejemplo un texto(experimental?) que dice: “Why / do / you / sigh,/ fall,/ fall, / for/ some / hum- / drume /come / -mm? / Hum…”. De un evidente tono inónico.
Posteriormente, siguiendo la “estructura del soneto italiano”, según se dice en el prólogo, el poeta francés René Nelli publicó “Sounets Monossyllabiques, poemas que contenían una sola palabra monosilábica en cada uno de sus catorce versos. A fines de los 90 un concurso sobre sonetos monosilábicos dio lugar a que nuestro poeta Seymur Mayne comenzara en su universidad, con una serie de encuentros entre profesores y estudiantes para abordar este nuevo modo escritural, deviniendo, en el caso de nuestro autor en una experiencia con el soneto de una palabra, ya no monosilábica, dispuesta, al sugerir de Mallarme, dentro de un espacio para que su visualización impactara de otra manera que la que venía usándose hasta aquel tiempo.
Esta forma que adopta Mayne, como bien apunta M.L.Spoturno, “nace en vinculación con el “haiku” oriundo de Japón y en convivencia, aportaría, con todo texto poético que represente un instante, una imagen esencial de un momento preciso ”relacionado con el mundo natural”( si refleja paisaje, pájaro, etc.), o agrego, a una única temática situacional percibida por el emisor o quien la plasme, aún en los casos que sólo le llame “poesía breve”, sin utilizar ningún calificativo que ciña su modo de escribirla .
Liam Ford (en Poetry Review.ca.,12 de octubre de 2006), bien define a Mayne cuando señala: “lo que el poema calla sobre la escena, deja al lector tan cautivado como lo que efectivamente dice”. Y no casualmente a quien valora y adhiere, como quien suscribe (no sólo en la presente nota, sino en su propia obra), lo conciso del leguaje que adopta Mayne, le llega un libro como este que elige para reseñar.
No menor y sí de una extraordinaria importancia por diversos motivos, es la realizada por los estudiantes avanzados de la UNLP y del CONICET, guiados, dirigidos, coordinados y entusiasmados por la Profesora María Laura Spoturno, quienes airosamente llevan a cabo el desafío de traer a nuestra lengua, sin literalidad y con talento traductoral, esta obra de Seymour Mayne.
G.I.