GURKAS
Mercenarios de perfil bajo
(los únicos que los vieron
ya no están)
Cuchillos fantasmales
cortando los sueños
¿Pero acaso nosotros
no veníamos del país de
las picanas sobre panzas
embarazadas?
¿Quién le tenía que tener
miedo a quién?
NATURALEZA MUERTA
La tierra se abría
y nos iba comiendo
Verdes manzanas machucadas
Verdes manzanas esparcidas
en la turba amarillenta
Ese día el soldado Aguilera traía el sol
Como un ciprés harapiento
bajo la rama verde de su brazo
el soldado Aguilera traía el sol
No venía con la mirada caída de otros días no
Se recortaba triunfante en la colina
apretando al sol-rehén bajo su axila
contagiado por la luz
Se acercaba como el amanecer
agigantándose a cada paso
Ya entre nosotros lo sujetó contra el suelo
clavó su bayoneta en el ojo dorado
y rápidamente nos llenamos manos
y bocas con esa carne de cíclope
que sabía a dulce de batata
A veces mirábamos nuestra sombra
sobre el camino escarchado
para cerciorarnos de que aún estábamos
Entonces sí
bebíamos de la cantimplora
el agrio sabor de la existencia
MAOL-MHIN
Era terriblemente bello
mirar en pleno bombardeo
la suavidad con que caían
los copos de la nieve
COSTUMBRE
Justo cuando los dragones
vomitaron desde el cielo
yo orinaba hacia el frente
mientras contemplaba la luna
Despreocupadamente feliz
troté hacia la trinchera
El casco bailaba
un fox-trot sobre mi cabeza
NEVERMORE
Ojalá pase el Sea Harrier
de nuevo por aquí
graznando esa palabra
que no entiendo
El muy cuervo viene a
picotearnos los nidos
Prometo que esta vez
lo voy a desplumar de una escupida
Ojalá pase y estemos atentos
y no pueda posarse sobre
los cascos que aún sueñan
entre las piernas del amor
UNA RECETA PARA EL GATO DUMAS
Primero: robarse un paquete de fideos
del cuartel “Moody Brook”
Segundo: ponerlos a hervir en el casco
con agua de una charca cercana
El secreto es el condimento
(la pintura va saltándose del acero
a medida que se recalienta)
Tercero: servir en marmita
preferentemente abollada y tiznada
Cuarto: sentado sobre una piedra
comer lentamente como si fuese
el último bocado que se vaya a saborear
POR ROBAR COMIDA
¿Y si no fuera la atadura
que hizo el cabo y si yo fuera
un bicho verde sostenido por
alfileres y si fuera Gulliver
en el país de los enanos
y si fuera Cristo y si fuera el
costillar al asador del último
cumpleaños y si fuera el cordero
que maté esta mañana
y aún me mira y no me quita
ni un pecado y si fuera el mismo
cielo que se mete por los ojos
con este dolor titilando de tobillos
y muñecas y si yo fuera
todas las estrellas estaqueadas
constelando el desamparo
de esta noche?
BOMBARDEO
Caían los barriletes
regresaban todos juntos
envueltos en llamas
con sus colas de trapo
de sábanas del cielo
desde donde alguna vez
abrazados a un oso
nos besaron la frente
y susurraron al oído
buenas noches
hijo
que descanses
Caía la noche vidrio roto
desde una muy alta claraboya
y caía el sol de mayo
entre la sangrienta melena
de ese roble
también la lombriz
en el territorio de aquel bagre
y la espera en vano
el vano regreso
la tarde colgando del anzuelo
y entre las manos un tazón
con leche hirviendo y miel
sobre una tostada casi negra
y ese tufo entre las uñas
a lata a tierra a humo
a pez ausente
y aparecían de pronto
los perros de la infancia
para echarse al lado nuestro
y nos olían el miedo y nos lamían
y luego por fin el silencio
al fin el silencio poder dormir
dormir un poco o para siempre
(Buenas noches
compañeros
buenas noches)
Ese soldado nunca supo de qué
mordisqueada manzana se había
asomado como gusano al mundo
Debió ser esa la causa por la que
paseaba su garbo de sauce
en la llovizna ocultando un poco
esos ojos de pescado reseco
y parecía rebotar en el paisaje
con la insistencia del bicho
que choca contra un farol
Debió ser esa la causa por la que
se retiraba a buscarse para no
encontrarse cuando regresara
y no verse y esas cosas
que se piensan
Debió haber sido así
Así nomás debió haber sido
que no oyó la voz de alerta ni el silbido
y cuando el viento negro
se le metió por los agujeros
ese soldado gritó
“mamá”
Lo único que gritó fue esa palabra
ÚLTIMA CARTA
Sobre la plancheta de reglaje
del mortero escribe
“Aquí no hay álamos”
Ha visto a la muerte
comiéndole el brazo
al soldado Santos
Ha visto la cara desnuda
de aquel que fue Juárez
alguna vez
y ahora escribe
“querido Pablo”
Su garganta exhala
fantasmas de niebla
alaridos de la vela
que lo alumbra
(ángel de cera
ala tuerta que crece
que pinta sombras
en la piedra)
y el soldado Raninqueo
escribe
inocencias de otros fuegos
ternuras ya perdidas
habla de tía-abuela
de una cajita de música
“no entregar Carhué al huinca”
escribe
Afuera el vivac es una toldería arrasada
INÉS FRENCH
¿Le hubiese temblado la tiza
a la maestra pionera en
dibujar vocales para los
indiecitos del sur? si viviera
digo ¿le hubiese temblado la tiza
para escribir paz peace love amor?
Menos mal que ya no está pensó
el soldado de uniforme mugriento
Ochentipico tenía cuando nos dejó
¿Qué palabras hubiese escrito
ahora que los indios caemos
pronunciando esas vocales?
¿Le hubiese temblado la tiza a mi
abuela inglesa? si viviera
digo ¿le hubiese temblado la tiza
hoy que la noche parece
un pizarrón borroneado? pensó
el soldado de uniforme mugriento
CON LOS OJOS BIEN ABIERTOS
Cuando uno está por matar
es cuando más quiere la vida
Se corre se saltan cuerpos
mientras se escucha:
¡Oh! ¡Dios! ¡Ah!
como cuando se hace el amor
Corremos vaya a saber
por qué para qué para dónde
(gritos de parto gritos que parten
hacia el silencio absoluto)
y corremos como la sangre
hacia la oscuridad
sin cordón umbilical
huyendo de las vinchucas rojas
que buscan picarnos la frente
Cuando uno está por matar
puede llegar a hacerlo
o elegir esquivar el silbido
y alejarse a la orden de repliegue
o simplemente morir
Adiós soldados adiós
Ya no se debe mirar hacia atrás
Pero se mira
TREGUA
Arrodillado como si rezara
tiraba hacia la noche
No pude saber si era enemigo
Creo que él tampoco cuando me vio
arrastrándome como una culebra
Ambos omitimos pronunciar
una palabra que aclare la cosa
(No siempre hablando se entiende la gente)
DESPEDIDA
Aguardaba Caronte
en su bote inmundo
Mientras la Libertad rostro tiznado
gorro frigio ensangrentado
besaba a un soldado moribundo
Se cava un pozo para seguir con vida
Se cava otro pozo
para el que no le sirvió de nada cavar
CANTATA
Pasa la esquirla
y al soldado Martínez
le salen puentes
amarillos de la media oreja
y abajo la sangre
corre turbulenta
y Spinetta rema
sobre su guitarra
y gira el paisaje
como un cuadro de Van Gogh
Es por eso que hoy
cuando alguien le habla
adopta una postura
de figura egipcia
como si el silencio
de aquel hospital
le perdurara
(Pero yo sé bien que
cuando Martínez está solo
ese oído se le abre
como una ventana
y es cuando vuelve
a escuchar el silbido
y luego el trueno y luego
como un viento las voces
de los muertos que le cantan)
EN EL BOLSILLO DE LA CHAQUETILLA
Un niño cara redonda y sonriendo
Cuerpo de palotes un poco
pintarrajeado de verde pies marrones
sosteniendo en su mano una bandera
Y atrás el sol y alguna que otra
nube en el cielo redundantemente celeste
Un “¡biba la patria!”
escrito en un trazo inquebrantable
Luego seguía una inscripción
adosada por el soldado:
“La infancia con un crayón
es más poderosa que un batallón”
POEMA ORNITOLÓGICO
Casi todas las aves se habían ido
(Eran sabias las aves o casi todas)
No como esas gaviotas que flotaban
enrojeciendo la bahía
No como aquel Pucará que caía en picada
ennegreciendo la mañana
Dormíamos abrazados
Marilyn -te decía-
Todas las madrugadas
aseaba tu cuerpo tus agujeros
Sin embargo me fallaste
cuando más te necesité
Pude haberte abandonado
en medio del camino en llamas
pero me aferré de vos como si
fueras un idiota al que tenía
que proteger
Y ese amanecer te saqué
las entrañas para arrojarlas
al mar
y ya en la fila acaricié
tu cuerpo hueco
y te dije adiós
antes de tirarte en la fosa
de los fusiles rendidos
Los he visto
borroneados en la niebla
ocultándose del trueno
iluminados por el estallido
estremecidos por los latigazos
del viento y de las tripas
Rostros de la intemperie
Rostros mugrientos y sin ojos
Rostros sin rostro que aún esperan
dejar de partir siempre dejar
de sentir el hambre que los come
PÉRDIDAS
No era un billete anaranjado
caído al descuido de la Costa
de la billetera del Sr. Méndez
No tenía esos agujeros hechos
por algún pequeño infierno
escapado de la colilla del ebrio
que espera la cuenta de sus whiskies
(no era la propina de la fortuna de Fortunato)
Tampoco era un papel intacto
arrastrado por el viento de Pearl Harbor
y depositado en un banco neblinoso
allá en los mares del sur
Eran ellos que gritaban un cielo numerado
sus inocencias de espumas
flameando entre las olas
Era Manuel y tantos otros que
se mojaban ablandándose disolviéndose
Era el Belgrano que se generalizaba
en medio de los borbotones del fuego
y se abrazaba a alguna tarde
en cada pueblo allá a lo lejos
y se hundía como una bandera de sol
en plena noche
No sé por qué diablos
estoy escribiendo
con esta sangre tan ajena
y tan estrepitosamente mía
MALENTENDIDO FASHION
A la revista “Gente”
Cuando decíamos:
“¡Que se venga El principito!”
No queríamos decir:
“¡Que se venga el principito!”
No era al Andrés que reclamábamos
Era al que dibujaba boas
tragándose elefantes y sombreros
Al de los baobabs al del planeta
en el que crecía solamente una flor
Pero El principito no vino
y llegó el Andrés
Que volaba como Saint Exupéry
pero no volaba como Saint Exupéry
ni dibujaba boas tragándose
elefantes y sombreros
EN EL CAMAROTE DEL CANBERRA
Se fregó y se refregó
bajo una lluvia caliente
Consiguió sacarse la mugre
pero no la angustia
pero no la desolación
Se miró al espejo
y supo que ya no era
y supo que nunca
se marcharía del todo
de esas dos islas rojas
como mordida de vampiro
PUERTO MADRYN
Como una Moby Dick de acero
el Canberra nos derramó en la explanada
Luego el abrazo de la gente el griterío
un hogar un plato de guiso un poco de vino
el ruido del chorro del sifón y los ojos
encendidos de una chica
Partimos al atardecer
Lentas algas se amontonaban en la orilla
EN EL PALOMAR
Querían que comiéramos
de las miguitas del olvido
Pero no quedan palomas
después de una guerra
Pichones de cóndor desgarrando
las tripas de la verdad
TENÍA RAZÓN OSCAR WILDE
En el fragor del combate
no pude acertar al enemigo
Pero terminé con la alegría
pero acabé con la inocencia
pero malherí a la esperanza
Uno siempre termina matando
lo que más ama
A veces en la noche
entre las sábanas del deseo
cavo de nuevo una trinchera
para resguardarme del dolor
DESPUÉS DEL HORROR
Lo hemos aprendido
Nosotros los sobremurientes
sabemos muy bien que tras el silencio
viene otro silencio atronador
Siempre será así
¿Puede concebirse algo más ruin,
más maliciosamente disimulado
que elogiar a un hombre por hacer aquello
que dicho hombre más desprecia?
WILLIAM BLAKE
CONDECORACIÓN
Prendieron en su pecho
una medalla barata
donde alguna vez
estuvo la esperanza
de trabajar para vivir
dignamente -por ejemplo-
Y no ver por la vidriera
cómo cena el senador
cómo putañea el diputado
todas las mañanas el teniente
con la esperanza de que
alguna vez los soldados se
cansen de estar muertos
Pero cada noche de todos los
días en la vida del teniente
ellos están ahí puntualmente
firmes
parados frente a su cama
y lo miran
y esperan
Nosotros que escuchamos sobre
las cabezas el relincho del mortero
que leímos el porvenir en las tripas
de los nuestros
Nosotros que olimos las letrinas del espíritu
que tocamos el temblor de la piedra
como un corazón desesperado
Nosotros que lamimos el meado vientre
de la tierra que persistimos pese a todo
y a nosotros
Somos los que aún permanecemos
en cuclillas los que todavía tenemos
las pupilas como esquirlas candentes
los que a veces nos seguimos
arrastrando por la noche
los que todavía soñamos
con regresar algún día
Gustavo Caso Rosendi nació en Esquel (Chubut) el 3 de agosto de 1962. Reside en la ciudad de La Plata.Obra:elegía común (La Plata, edición artesanal, 1987)
bufón fúnebre (Buenos Aires, Ediciones Último Reino, 1995)
Algunas Antologías:
el viento también recuerda, de ex combatientes de Malvinas (La Plata, Ediciones Último Reino, 1996)
8 Poetas Regionales, auspiciada por Edelap (Buenos Aires, Editorial Vinciguerra, 1997)
Poesía 36 autores, de poetas de la ciudad (La Plata, Ediciones de La Comuna, 1999 )
En agosto del año 2000 graba, junto a Martín Raninqueo, el CD “Poemas”.
Libros aún inéditos: lo más lejano (Poesía, 1997) - caminata (Poesía, 2000) - etcétera(Poesía, 2001) -Soldados (Poesía, 2003-2004)