En el fondo de una madrugada
En el fondo de una madrugada
Pastoreando como una bandolera
Mis recuerdos,
Me vi ante un altar estrecho.
No vi a Dios con sus tierras
Prometidas y
Se ha encogido el sudario
Que ya no podemos besar.
Un mundo que tremola
En un hongo ya no de humo
Sino, de la gama escandalosa
De otras lacras,
Bajo un roble sombrío descascarándose,
Una tierra agrietada bajo un sol,
Con su sucesión de hueso roídos.
Su pulmón purulento punza
Una arcada breve
Un ruego postrero.
Seguiremos a las estrella oropel
de los peces en el mar,
vigilantes por si nos conduce
una medusa ingenua
a una isla sin memoria.
Y abro de mar en mar la mirada que
Se logra dar a la vida
Abro de par en par mi piel para que
Huelas el perfume de mi sangre,
Paso a paso, piel a piel
Sabrás de mi vigor
Y no habrá destierro,
Sino seguimos desarmando
A esta tierra que nos clama.
Ana Rosa Bustamante poeta chilena, nació en Arica, vivió hasta los 13 años en Antofagasta, y la Quinta Región, Valparaíso y desde hace 22 años vive en Valdivia, Sur de Chile.
Actualmente se dedica a la enseñanza del idioma Francés, a la música, y cultiva la poesía. Ha estado en talleres de literatura, como el de la Sociedad de Escritores de Chile, Taller de de la Dirección de Extensión de la Universidad Austral.
Ha sido publicado en antologías como editada por Juan Carlos García Vera, Dr. en Literatura Hispanoamericana, y otra antología de Extensión. Obra: "Nuestra Piel Ancha de Fuego". Tradujo al francés "Las voces de la plabra".